Me temo que amar desde la libertad es un concepto genuinamente inaceptable para el ser humano. Con lo complicados que somos para aceptar las relaciones, mucho más se nos haría terminar por aceptar en definitiva que nada nos pertenece más que nuestra vida misma (e incluso este punto sería refutado por un par de deidades).
Dije inaceptable, no imposible, cuesta creerlo y digerirlo; y sin embargo, se puede. Cuando aceptamos la libertad de los otros seres humanos, disfrutamos del amor naciente entre los dos mundos mientras sea nuestro porque después, después es una infinita tierra de probabilidades inciertas, pero es ahí cuando finalmente sufre la metamorfosis del amor verdadero.
Dedicado a todos los que estuvieron, los que estarán y sobre todo, los que ya no están. Gracias por su mundo.
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